Los alimentos fermentados no son muy populares en nuestra dieta habitual, y esto es algo que deberíamos cambiar por los beneficios que su consumo conlleva.
Entre esos beneficios algunos tan importantes como:
- Ayudar a nuestro intestino, ese segundo cerebro donde se aloja el sistema inmunológico, a mantenerse saludable, conservando y regenerando la flora intestinal y evitando la entrada de microorganismos que pueden causar daños a la salud.
- Por tanto ayudan a las defensas a evitar enfermedades
- Aportan un buen número de minerales necesarios para que nuestra salud se mantenga en óptimo grado.
- El proceso de fermentación ayuda a la digestión beneficiándonos de la mejor absorción de un buen número de nutrientes
- Tienen un alto contenido en ácido fólico y vitamina B12, importantísimos para el mantenimiento de nuestros huesos ya que evitan que se desgaste el calcio.
- Otra importante función es que ayudan a controlar el metabolismo de la glucosa.
A pesar de estas ventajas, el abanico de fermentados que está presente en nuestra dieta, en la mayoría de los casos, no va más allá del yogurt, algo que deberíamos cambiar. Sería muy beneficioso que fuéramos incorporando paulatinamente productos de este tipo de forma natural a través de algunas recetas básicas que pudieran convertirse en algo rutinario en nuestras mesas.
Ciruela Umeboshi, Miso; Tempeh; Amazake; Chucrut, Kombucha; Kéfir; Yogurt; Kimchi, Natto, constituyen algunos de los magníficos fermentados con los que hoy en día contamos. Solo es proponérselo y velar por la salud de uno mismo y de la familia. En los tiempos que corren, y de cara al invierno, nada mejor que regalarle a nuestro cuerpo un buen aliado para sus defensas.
Os invito a ver el vídeo de fermentados de mi canal de Youtube Ahora Nosotras y a que os enganchéis a ellos. Será un placer para vuestro paladar.