Me encanta Madrid, es una ciudad abierta, hospitalaria, multicultural, tolerante, donde te sientes como en casa, ciudad de sorpresas amables, de aprendizaje permanente, un sitio en el que a veces me descubro como una niña pequeña con la boca abierta viendo a los mimos de la Plaza Callao o a los músicos de la Puerta del Sol, es un universo donde perderte sin querer que te encuentren.
En esta villa, un inagotable mundo de novedades convive con una prestigiosa y larga historia, lo nuevo, lo viejo, lo rico, lo pobre, lo kitsch, lo chic, lo sublime y lo terrenal, todo junto conforma un crisol que enamora y que no deja de sorprender.
Jardines, comercios, la generosidad de la gente y su paciencia con los de fuera que somos avalancha cotidiana, sus edificios, sus bares y su cielo límpio. En fin, una ciudad adorable que cada vez que visito me sabe a poco. Volveré pronto, palabra.
Os dejo una pequeña muestra de lo que pude ver estos días de visita, a mi me encantó estar allí.