Esperamos cada cambio de estación con la estética que la moda nos marca y con el pulso de los colores y las texturas que el ambiente nos aconseja. Esto es aplicable a nuestra casa, la decoración del hogar incide en nuestro confort y estado de ánimo y cuidando su espacio nos cuidamos a nosotros mismos.
Nada más agradable a la hora de compartir ese espacio que los detalles que concebimos y que son una muestra de nuestra personalidad, un obsequio a los que en el conviven y a los que nos visitan, un brindis a la armonía y a los buenos momentos.
Decorar nuestras mesas forma parte de ese deseo de ofrecer lo mejor de cada uno en forma de creación estética. Precisamente en el curso de las estaciones sus frutos y flores son elementos que ayudan a idear diferentes relatos con los que sorprender a los invitados. Estos detalles decorativos sirven para transmitir alegría, inspiración, sorpresa y hasta temas de conversación, pero sobre todo son imprescindibles porque crean la atmosfera adecuada en cada ocasión para que nuestro tiempo compartido sea maravilloso.
Ahora es otoño, las granadas, manzanas y peras, las calabazas, las olivas y castañas llenan nuestras mesas de calidez y evocaciones. Mézclalas con manteles de hilo fino o de cuadritos de vichy, utiliza fuentes, vajillas finas y rústicas, cubiertos caros, baratos, copas de colores, altas, bajas…. y no dejes de imaginar escenarios donde la comida y la conversación generen momentos inolvidables.
En el vídeo que os dejo traigo tres propuestas decorativas para mesas otoñales que os pueden servir de inspiración. El caso es que la luz, el color y la alegría contagiosa de vivir entren a raudales en nuestras vidas