La belleza de las flores ha cautivado al ser humano desde siempre, los colores nos hipnotizan, sus olores nos transportan y sus formas nos enamoran. Las flores nos ayudan a plasmar un gusto estético que nos delata, una delicadeza que nos conecta con la naturaleza de la forma más rápida y real. La humanidad ha visto en ellas el reflejo de lo efímero tanto de la vida, como de la primavera y de la belleza. Un ejemplo de esto han sido desde antiguo las ofrendas florales en los funerales , que actuaban como recordatorio de fugacidad de la vida y una invitación a disfrutar de sus placeres.
No obstante, cada flor tiene una representación simbólica reflejo de lo abstracto del pensamiento del hombre. La rosa es el símbolo del logro absoluto y la perfección. Y el color más usado, el rojo. . Las flores blancas como jazmín, lirios o azahar son reflejo de la pureza. E incluso lo imposible tiene su flor, la rosa azul.
También la vegetación , las hojas y el follaje, en general, están presentes en nuestra simbología, identificados con el poder regenerativo de la naturaleza, la vida que fluye en su ciclo natural.
Vestirnos de flores es vestirnos de energía y positividad , recordando que hay que vivir con alegría siempre, porque cada día de nuestra vida es un regalo y así deberíamos verlo y agradecerlo.
Yo, de entrada, os dejo ideas para vestir con flores de los pies a la cabeza, que no se diga que no predico con el ejemplo.